domingo, 2 de septiembre de 2012

El futuro de la innovación en la educación

Estoy de acuerdo con Patrick Thibodeau que en su columna de Computer World, Innovación es la palabra más abusada en tecnología, dice que la innovación verdadera altera radicalmente la forma como interactuamos con el mundo.

Pienso que en educación sucede algo parecido: se abusa de la palabra innovación describiendo dotaciones de dispositivos que se usan en el medio educativo sin alterar en lo mínimo la interacción con el mundo. Ejemplos de esto son los computadores usados como calculadoras o máquinas de escribir (que en últimas hacen lo mismo que se puede hacer con papel y lápiz) y las pizarras digitales utilizadas como los tableros de tiza.

Por supuesto que eso no quiere decir que no necesitemos de innovación en la eduación, particularmente cuando innovaciones como el internet han transformado el resto de las esferas de la sociedad. Pero son las ideas, más que los aparatos las que tienen ese poder transformador.

Me acojo entonces a la definición de innovación de Sir Ken Robinson quien dice que para innovar es necesario poner en práctica nuevas ideas que tienen valor. Generar esas ideas es, por definición, creatividad, que a su vez viene de imaginar o traer cosas a la mente que no están presentes para los sentidos.

Un ejemplo de idea transformadora es la que propone Joi Ito, director del Media Lab de MIT, en una entrevista reciente publicada por Technology Review: "en un mundo donde todo está cambiando tan rápidamente, aprender un montón de cosas porque de pronto las usarás más adelante es una apuesta con alto riesgo. Tiene más lógica pensar: 'Quiero hacer esto ¿Qué necesito aprender para hacerlo?' en vez de:'Acabo de aprender esto ¿Qué hago ahora?'".

Una de las implicaciones de esta idea es que el futuro de la innovación en la educación no está en aplicar pañitos de agua tibia sino en cambios profundos al sistema repensando currículos y generando nuevas didácticas.

domingo, 22 de abril de 2012

HTML5 vs Flash

Uno de los encantos del internet es el acceso universal a contenidos de calidad. Esto deja de suceder cuando se restringe su uso ya sea intencionalmente cobrando por mostrarlos o, a veces desprevenidamente, publicándolos en formatos que no funcionan bien en algunas plataformas.
Surge entonces el dilema entre estándares internacionales como el HTML5 vs formatos privativos de amplia acogida como el Flash. Cerca del 100% del mercado usa el visualizador gratuito de Flash. En el mercado móvil este porcentaje es menor (60%) y de hecho Adobe anunció que no seguirá desarrollando el visualizador para móvil, pero la noticia que no es tan difundida es que desde Flash se pueden crear aplicaciones (apps) que funcionan en todas las plataformas móviles incluido iOS.
Entonces como desarrollador no es tan fácil la decisión de abandonar un entorno de desarrollo como Flash que permite alta interactividad con desempeño garantizado (en los navegadores que lo soportan) en pro de un entorno abierto -preferible desde el punto de vista filosófico- pero que no tiene garantizado el mismo desempeño en todas las plataformas ni le llega a tanta gente (html5 funciona en aproximadamente el 50% de los navegadores).